En 1825, gracias a su gestión y siendo Gobernador de Bogotá el señor Rufino Cuervo Barreto se culmina el proyecto del Cementerio Central -llamado también Cementerio de Bogotá.
Hospeda los despojos de, entre otras personalidades de la vida nacional, Gonzalo Jiménez de Quesada, Francisco de Paula Santander, José Asunción Silva, Luis Carlos Galán y Álvaro Gómez Hurtado -apenas algunos.
Está dividido por zonas: el 'Globo A, o zona VIP, formada por la elipse y el trapecio alberga a los más adinerados. En la zona B, o gramilla descansan las personas con menos abolengos y en el Globo C, o preferencia, se ubicaban las fosas comunes que fueron reemplazadas por la construcción actual del Parque del Renacimiento (contiguo al cementerio).
Hace casi treinta años, en 1984, es declarado monumento nacional por su gran valor histórico y arquitectónico.
Francamente es una visita recomendada a propios y ajenos a la ciudad, en la que podrán recorrer una urbe de silenciosas moradas, lugares del eterno descanso de personajes que han hecho parte de nuestra historia y sociedad. Y no solamente gente reconocida, sino también ciudadanos del común que comparten su destino final sin distingo de colores políticos, raciales e incluso deportivos.
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